XXIX
Cae el cielo infinito
y en la noche
asoman los velos,
ataviados
de penumbras
y de niebla.
Ancló a mi alma,
muda y desvelada,
un abrigo de poemas.
Ancló
por mis borrosas
huellas.
Hoy tañen campanas
y las palabras,
se tallan en poemas,
mientras tú
calinas en la niebla.
2 comentarios:
Hola Lilia, me alegra ver que sigues ahí con tu poesía. Espero que te encuentres bien y que nos sigas ofreciendo muestras de tu buen hacer.
Un beso
Me gustó este escrito
Te invito a leer los míos en http://desandare.blogspot.com/
Saludos
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