martes, enero 27, 2009
El Hijo Ausente
¿En qué mar se sumergieron tus barcas de papel?
¿Qué ocaso se ha llevado al niño de mi piel?
Dime, ¿cómo reducir este perdido espacio?
Si todo te lo di cuando naciste de mi ombligo.
Te llevaste la luna con tu silencio de lecho
Ay!, hijo, tan pequeño crecías en mi vientre
¿Qué dolor te trae a este duelo que me deja ausente?
Si todo te lo di cuando nacías y efímero fue tu brote.
Navegamos tantos cuentos y tenías que sucumbir
en el umbral de la noche que ahora me acaricia;
y aunque te tejía con mis hilos cada día,
la telaraña se trizó como frágil escarcha
Tantos miedos te hice olvidar con fantasías
y con mis ternuras que ahora son viajeros
en los ojos de la noche y bajo su manto helado.
Ay niño!, cómo recojo ahora tus temores.
Quisiera conducirte eterna desde mi prisión
desde que fuiste un brote me es vedado verte… tocarte
por el sendero que ahora pisas y no pisas
con tus pasos de alas hirientes de oración.
Antología ParqueMapocho (2009) Santiago, MAGOEditores
III Concurso Internacional Inéditos en CD, Junín de Buenos Aires
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Los hijos son esa caja de Pandora que de vez en cuando nos sorprende con algo inesperado. A veces es agradable, otras no, pero siempre los tenemos ahí, aunque estén lejos. aunque no los veamos.
Un beso, Lilia
Publicar un comentario