ESENCIA

Ya no añoro lo que no tuve
ni me desvela lo que no poseo;
me he despojado de toda materialidad
y hasta mi nombre lo he mudado,
adentrándome en las interrogaciones.

¿Dónde han quedado las cosas y todas las materias?
Siento el despojo de toda materialidad
porque amo el pasado,
vinculándolo al futuro.
Con toda mi esencia a cuestas.

PARTÍCULAS

Las partículas
permiten un alunizaje nada más.
Más en esencia,
concitan cien
y así transforman las esporas
y las palabras del ahora.

Otoño

XXIII

El otoño ha terminado
y sin embargo,
tus hojas
caen.

Me abrazo a ti
y siento como corre por tus venas
y por tu savia:
la honda tristeza,
la amarga brisa de tu voz.

Mojaré con mis ojos
el vocablo dormido
y me bañaré de poemas
para disipar
lo que he vivido en el olvido.

Y volveré a hilar las palabras
bajo el otoño adormilado
en la hojarasca
de tu ocaso.

HOMBRE DE PAMPA Y MAR…

Hombre curtido con pampa y mar
hazme un sendero con tus huellas de viento,
no dejes que despoje mis rudimentos
y abrásame en un nido estrecho
con tanta brisa que desahogue mis lamentos.

Hombre forjado con la pampa y con el mar
constrúyeme un castillo sin lágrimas
y un prado verdoso amarillento
como si fuera greda de mi patria.

Hombre constreñido por la pampa y el mar
no pises los hollares que yo despliegue
con mis palabras, que son lamentos de piedra
sin fantasmas y con espasmos
como un destello de despertares y quebrantos.

Hombre azotado por el viento de la pampa
no te repliegues a un futuro incierto
descubre los mosaicos del pasado
y sacude de ahí tus fuerzas
y encuentra el trigo que te alimenta.

Hombre que has sentido el frío mar
mira mi rostro desde afuera
y verás el fondo de un pozo
que es un surco de cristalina vertiente
y no una grieta de fervientes dolores.

(mis dos versos en el poema colectivo)
Sueños compartidos- Poemas colectivos.
Agrupación Literaria Unicornio- Puerto San Julián- Santa Cruz-
2006 - Editora Natalia González Zúñiga.
Tipeado y compaginación general Norha Leonor Fueyo

NIEBLA

XXIX

Cae el cielo infinito

y en la noche

asoman los velos,

ataviados

de penumbras

y de niebla.

Ancló a mi alma,

muda y desvelada,

un abrigo de poemas.

Ancló

por mis borrosas

huellas.

Hoy tañen campanas

y las palabras,

se tallan en poemas,

mientras tú

calinas en la niebla.

TODA QUIETUD

XXXI
Las horas vuelan lentas
en mi interior;
la prisa no las atormenta.

Toda quietud
pertenece a los instantes
en estos minutos.
Y me disgrego
más silenciosa
que la brisa que cruza los árboles
desnudos.

Toda quietud
está en los tiempos
residuales,
toda quietud
es absorbida,
aspirada,
impregnada,
por los ciclos
siderales
y bipolares.

HIJO

Acurrucado en mis lágrimas,
que estériles de tanto pensarte,
me humedecen el alma.

Ya no sueño con el retorno
de tu silueta silenciosa, que mira desde la noche,
cómo el tiempo ha barrido tus hojas.

Ay, ¡este viento no se lleva mi congoja!
Y cada vez que miro mis manos
anhelo ceñirte y arroparte en mi seno.

Yo sigo esperando tu mirada de niño
y en el umbral de tu morada impasible,
el olvido se vuelve más lento.

Antología ParqueMapocho (2009)

Otoño en San Juan

Hoy

el otoño me habla de letanías,

barridas por las hojas

y mientras las estepas silencian sus clamores,

el viento carcome las rocas

con sus lágrimas milenarias.

Melodías

MELODÍAS
XII
Siento el nudo estrecho de un lamento;
entonces, redondo suspiro
ruedas en mi pecho.
Y como burbuja emanas
en silencio
a silbar con el viento;
melodías de ausencias,
que sólo se llenan
con un verso.
Entonces la luz
se disfraza de tus ojos que,
suaves,
apagan,
tus ojos apagan
la luz apagan
y el viento
vuelve a tocar melodías sin notas.

Palabras

Palabras

¿Dónde se han ido?
las Imágenes
intentan explicarte
y se difuminan en mi mente.

Y las iconografías se vuelven más poderosas
que las ausentes
palabras,
clandestinas
del inconsciente.

El Hijo Ausente

¿En qué mar se sumergieron tus barcas de papel?
¿Qué ocaso se ha llevado al niño de mi piel?
Dime, ¿cómo reducir este perdido espacio?
Si todo te lo di cuando naciste de mi ombligo.

Te llevaste la luna con tu silencio de lecho
Ay!, hijo, tan pequeño crecías en mi vientre
¿Qué dolor te trae a este duelo que me deja ausente?
Si todo te lo di cuando nacías y efímero fue tu brote.

Navegamos tantos cuentos y tenías que sucumbir
en el umbral de la noche que ahora me acaricia;
y aunque te tejía con mis hilos cada día,
la telaraña se trizó como frágil escarcha

Tantos miedos te hice olvidar con fantasías
y con mis ternuras que ahora son viajeros
en los ojos de la noche y bajo su manto helado.
Ay niño!, cómo recojo ahora tus temores.

Quisiera conducirte eterna desde mi prisión
desde que fuiste un brote me es vedado verte… tocarte
por el sendero que ahora pisas y no pisas
con tus pasos de alas hirientes de oración.
Antología ParqueMapocho (2009) Santiago, MAGOEditores
III Concurso Internacional Inéditos en CD, Junín de Buenos Aires